domingo, 1 de mayo de 2011

Así como cuando uno muestra las tetas, ¡así!

Post en Kien&Ke: "El placer de mostrar más"

Pendeja cualquiera que se respete quiere salir desnuda en Soho, le paguen o no. Y, como lo he dicho anteriormente, no creo que yo sea la única cualquiera (¡y tampoco la única pendeja!).
¿Quién como yo no admira a Alejandra Azcárate sólo por haber blasfemado la última cena en dicha revista, y, peor aún, con las tetas al aire? Pues hoyme declaro su fan número uno, única y exclusivamente por eso, aclaro. Ya no soy la misma de cuando era pequeña y tonta, cuando también quise trabajar en La Mega en la época en la que pensaba que Alexandra Mariño y Alejandra Azcárate eran lo mejor que había en la Radio. Sí, el dial nunca lo moví de 92.5. Esa Alejandra me parecía tan pertinente, tan astuta. tan buena. Pero poco a poco (mucho tiempo después, eso sí) descubrí que callada se veía más bonita. ¿Bonita? Y aun así salió desnuda en la Soho. Y les confieso que para mí eso es suficiente para que la siga considerando mi ídolo.

Como hoy en día quien no está en Twitter no existe y no tiene el placer de chismosear más, ni Soho ni mi futuro mozo (su Director) podían quedarse atrás. Me encontré con un tweet que invitaba a pendejas cualquieras, como yo, a aportarle a la campaña que pretendía reivindicar las olvidadas y remplazadas tetas naturales. No era sino mandar una foto de las protagonistas a tal e-mail. Y como yo tengo delirio de exhibicionista...

Exhibicionista que se quiera hacer respetar debe tener una foto mostrando las tetas. Así es. Una no, miles. Aquí, allá, cuerda, chiflada y en fin, pero generalmente sobria, en todo caso. Adjuntar archivo, enviar. Dos pasos tan sencillos para convertirse, de repente, en una persona "reputada". ¿O querré decir re puta?

La foto les gustó. Su respuesta decía que aunque estaba buena (la foto), el plano debía contener mi cara y que, además, tenía que hacer un video híper casero en el que argumentara mi defensa a las tetas originales, naturales, reales...

Parecía que era un caso de desespero: ¡quería mostrar mis tetas! Así que terminé diciendo una amalgama de barbaridades en las que espero realmente creer. Primero, grité (cual Noemí en debate presidencial) que me parecía que lo natural siempre iba a resultar más sexy, y que la cosa era cuestión de actitud. Luego aclaré que, generalmente, las que defendemos las tetas naturales es porque no tenemos muchas así que no será tan grave cuando se nos caigan (efecto directamente proporcional edad-gravedad). Queda claro que empecé hablando por las mías, entonces. Dije que no estorbaban, que eran juiciosas, que se veían bonitas quietas o en movimiento (por ahí me adularon), que eran muy suavecitas (o sea, mucho más) y, finalmente, que igual divertían (y que lo diga él). El punto es que quedó claro que las prefiero naturales... Y que, entre otras cosas, para lo que verdaderamente sirven no necesitan silicona.

Nunca supe qué pasó con eso, la verdad. No sé si la foto no tenía la resolución que era, si el video era muy pesado (y no por mis tetas) o si se les cayó el plan. Eso sí, pese a que tomo mis clases de etiqueta con Lily Mosquera de Jensen (quien espero que nunca se entere de que no sólo me subí la bata, sino que me quité la blusa, literalmente), no me voy a quedar sin el placer de mostrar más....


1 comentario:

¿Y?