viernes, 6 de septiembre de 2013

El corrector de estilo dicen que no es necesario



He aquí unos extractos del Cuaderno de Estilo, de Úrsula Velezmoro, que siempre están en la carta de renuncia que tengo escrita desde hace siglos; sí, la misma que creo que nunca entregaré. Se los recomiendo. Léanlos, para que quienes trabajan en redacciones valoren cada pieza del engranaje. 

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El corrector de estilo en las redacciones podría ser una especie en extinción, si tomamos en cuenta la situación de los medios hoy. De hecho, no son pocas las redacciones donde matan unidades de investigación y, de paso, al corrector de estilo. Dicen que no son necesarios, que cada reportero-redactor-editor debe ser responsable de la nota y que una coma más o menos no es grave, como tampoco un error en la portada o un titular con una H (o sin ella) que grita el descuido.

Quienes hemos respirado en las redacciones sabemos bien que un diario y los medios online necesitan de los ojos –un poquito más descansados y expertos– de un corrector de estilo en busca de una edición pulcra y sin fallas que, al día siguiente, colgará de los kioscos o de la red.

[…] No somos perfectos. LOS PERIODISTAS NO LO SOMOS, y hay que admitirlo para escuchar a nuestros lectores-usuarios-audiencia, y para admitir que, a veces, se nos van las comas por entusiasmo, negligencia o falta de formación. Esa es la pura verdad. Los perfectos no son del mundo de las redacciones. No existen. Yo no los conozco. Y llevo veinte años en este territorio que amo.

La relación de los periodistas con los correctores de estilo no siempre es la mejor. Justamente porque a los periodistas –dicen– no nos gusta que nos corrijan. Con el tiempo, con la práctica y con los errores perpetrados, me atrevo a aconsejar que esta debe ser una relación de amor y no de indiferencia, porque de los correctores de estilo aprendemos siempre, día a día, noche a noche. Y, muchas veces, no nos damos cuenta hasta que hacemos un stop y pensamos tres veces dónde diablos va la coma.

Esther Vargas
Directora de Clases de Periodismo

Nuestro trabajo es silencioso y de mucha concentración, implica estar enterado de los  hechos políticos e incluso del más anecdótico suceso de la farándula. Solo se nos echa de menos cuando se dan cuenta de que la publicación no contó con uno de nosotros… Somos los correctores: odiados por algunos, valorados por otros.

Queremos salir del anonimato para informarles que nuestra labor consiste en enriquecer sus notas, dejarlas aún más atractivas a la vista y eliminar algún error que se haya pasado. No estamos para rehacerlas, ni para alterar el contenido, ni mucho menos para criticarlos, queridos amigos periodistas.

Estamos para evitar erratas y algunos errores, que se escapan al ojo del autor debido al apuro, a confiar en el corrector ortográfico de Word, a la larga exposición al texto, a no tener suficiente iluminación, a leerlo solo en computadora o pocas veces.

¿Qué se necesita para ser corrector? ¿Dónde se estudia para ser corrector? Estudié Humanidades, ¿ya soy un corrector? Un corrector debe saber de Gramática, Ortografía y Ortotipografía; pero sobre todo debe amar este trabajo, valorar su lengua y reconocer su variedad dialectal.

Úrsula Velezmoro
 Correctora y Lingüista


¡Y, orgullosamente, soy correctora!

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