miércoles, 21 de julio de 2010

Carta de una amante locamente desesperada

Hace seis meses dije que había remplazado a un man por la malteada, pues hoy remplacé a otro por las zucaritas; esta historia sin estelas en la mar. Me lo dijo el viento, me di cuenta yo, there was no “guiño”! Pero bueno, no todo es malo, las zucaritas y yo nos entendemos mejor.

El caso es que con bowl en mano, durante repetidas tardes, me fui a pasar la mezcla entre su ausencia y mi tristeza en la plazoleta principal de un conocido centro comercial. La gente me envidiaba, lo sé! Sino por qué me mirarían tanto??!! No paré de comer zucaritas en toda la tarde. No he parado de comer zucaritas desde que me enteré que los caballeros no las prefieren brunettes.

Muchos habrán notado mi ausencia, a ellos: tras los comicios no entré en depresión ni empecé otra huelga de hambre. Tampoco me fui del país –a reflexionar seis meses- como lo había advertido, y, en cambio, seguí con la tarea de luchar por un país mejor: decidí imaginármelo. Todo rosado y con zucaritas por todos lados.

Bueno, el punto es que aquí he estado, en la plazoleta del centro comercial, comiendo zucaritas y tarareando la que alguna vez fue mi canción preferida –cuando me llamaba Mariah Clarey-: “How can I just let you walk away? Just let you leave without a trace! ”. La gente me sigue mirando. Tuve un hijo, y como nunca supe si ponerle Bambi o Simba, lo regalé. También –en medio de la crisis- fui al odontólogo a que me afilara los colmillos y ahora estoy más sexy que nunca (he ahí la ventaja de tener colmillos!).

Que si estoy confundida? Pues cómo no se va a confundir uno escuchando a Ingrid Betancourt? Que sí, que no, que todo era simbólico, que es tan sencilla que ya no quiere plata, que me va a presentar –por fin- a su hijo… Además, no siempre estoy llorando y comiendo zucaritas, no. A veces, no es sino imaginarme que Uribe (sí, el Presidente) con cada movida de Santos (sí, Presidente electo) sólo dice para sus adentros: “este marica qué es lo que está haciendo”?, y me puedo torcer de la risa… Y no por lo que Santos esté haciendo, sino por imaginarme a ese señor diciendo “marica”!
 
FIN. Hora de mi platado de Zucaritas. Mataron a Rosario Tijeras!

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