miércoles, 19 de abril de 2017

#10CosasQueOdioDeTinder

1. Que me haga dudar de la realidad, muy al estilo de Descartes. A veces creo que soy un fantasma, porque pasan siglos y no tengo ni un match.

2. Que los manes solo tengan una foto; y, peor, con gafas oscuras, artículo de Satán que hace ver divino a cualquier perico de los palotes.

3. Que nunca haya nadie a mi alrededor. Hello, ¿vivo sola en Cali?

4. Que no aparezca el segundo nombre de la gente y/o el apellido, porque -entre otras cosas- es bueno que uno vaya imaginándose el posible nombre completo de los futuros hijos.

5. Que nunca me encuentre al papacito de mi ginecólogo ni a la cosita rica miamor te amo del estudiante ajeno que ‘stalkeaba’.

6. Que al algoritmo le estalle de vez en cuando el Trastorno de Identidad Disociativa y me muestre a los hombres de mi vida que viven a 3.000 años luz de Colombia.

7. Que por ese fiasco de chat me enrede escribiendo que no soy una one night stand, y acabe explicando que del mismo modo en el sentido contrario.

8. Que tener Superlikes ilimitados sea más caro que liberar todas las pantallas en Mario Run.

9. Que no haya vuelta atrás (imagínese mi cara, después de haber deslizado al posible match hacia la izquierda, y oiga a James Blunt cantando al fondo “Goodbye, my lover…”).

10. Y que ninguno resulte ser una verdadera cita a ciegas, porque mínimo, mínimo, entre los dos hay 7.200 contactos en común.

lunes, 3 de abril de 2017

¿Cómo se llama el hermano enfermo de Hello Kitty? Bron Kitty

Imagen 1

El humor es esa causa más o menos duradera que provoca que alguien se muestre alegre o complaciente, y el hecho de que sea inherente al hombre marca la susceptibilidad de que aparezca en cualquier momento. Por eso se dice que el humor está sujeto a diversos agentes externos que pueden llegar a invocarlo, agentes que, a su vez, están adscritos en la cotidianidad y que forman parte de todos los temas, así en estos no haya lugar para lo cómico. Lo explicaré más detalladamente.

Para empezar, recordemos que desde el punto de vista de la lógica, como ciencia que expone las leyes, los modos y las formas del conocimiento científico, la razón o el pensamiento humano funciona según unos principios denominados lógicos, y todo discurso que se impone a la razón se basa en ellos para ser aceptado o refutado. 

Imagen 2
El lenguaje, verbal y corporal, está sometido a las reglas que coordinan la razón. Como todos los seres humanos –al menos la mayoría– compartimos una misma estructura del pensamiento, cuando yo me dirijo a alguien con un discurso lógico –es decir, basado en unas reglas mentales comunes: mías y de ese alguien–, lo estoy haciendo hacia una razón como la mía. En ese orden de ideas, si mi discurso cumple con dichas reglas lógicas, tendrá que ser necesariamente aceptado por el otro (así no lo comparta, a causa de sus convicciones, creencias, etc.).

Imagen 3
Entonces, la lógica vendría siendo una especie de máquina que no se equivoca a menos que, al enunciar un discurso o ejecutar una acción, el error lo introduzca el mismo hombre que la comanda. Por lo tanto, cuando un discurso o una acción no cumplen con esa lógica formal, el humor puede aparecer como una reacción a la incomprensión humana. Eso quiere decir que cualquier proposición, al no ser un manifiesto evidente, puede resultar en un discurso absurdo, irracional que puede llegar a provocar gracia o, incluso, hilaridad. Es el caso de las imágenes 1, 2 y 3: la incoherencia que percibe nuestra razón es la que detona la risa. 

Por otro lado, podríamos explorar el hecho de que todo tema sea susceptible de causar humor como un mecanismo de defensa. La fisiología de las emociones ha sido uno de los amplios sujetos de investigación de psicólogos y psiquiatras, quienes han concluido que la risa provocada por cualquier tema o situación (por trágica o seria que sea) es también un método de escape.

Freud diría que es el resultado de la liberación de la constante neurosis en la que vive sumida el ser humano, y que la incongruencia “del contenido verbal y la expresión verbal del sujeto” es a causa de un trastorno psicológico del individuo.

En ese sentido, la risa como respuesta emocional a una situación de tristeza, angustia, miedo, pánico, puede ser la manera de confortarla. En este caso, la carcajada se asocia con una crisis particular, es decir con una inestabilidad psicológica personal, y por eso resulta inexplicable para muchos que alguien se ría de la trágica caída de otra persona o del meme que Momentowtf hizo basado en los pensamientos de una persona deprimida (imagen 4).
Imagen 4

En última instancia, tal como Pascal expone en sus Pensamientos, uno de los fines de la humanidad es la felicidad y hacia eso están orientadas todas sus acciones. Entonces, par-tiendo de la necesidad ontológica de divertirse, la gracia y el humor no pueden estar exentos de la cotidianidad de nadie, consciente o inconscien-temente. 

Se dice que la condición humana en sí es miserable y desdichada y que, por lo tanto, el divertimento aparece como una manera de contrarrestarla, ya que le impide al hombre pensar en sus desgracias. Enton-ces, como el objetivo es vencer esa condición débil y mortal que surge cada vez que pensamos en nosotros mismos, la búsqueda de la felicidad se encarna en un sinnúmero de paliativos (como el dinero, los antidepresivos, el amor, el humor, inclusive la muerte) que se manifiestan de múltiples formas en la cotidianidad. Así, Langlois, personaje literario de la obra Un roi sans divertissement, de Giono, al no sentirse satisfecho emocionalmente con nada, decide imprimir su necesidad de humor –como componente básico de su felicidad– en la muerte. Y esa es la razón por la cual se convierte en un monstruoso asesino. 

En conclusión, el humor es una necesidad ontológica que se manifiesta espontáneamente al ser estimulada por aspectos externos, y es la responsable de que la cotidianidad pueda resultarnos inexplicablemente simpática, atractiva y colmada de humor. Las tres perspectivas descritas permiten reiterarlo.