sábado, 23 de mayo de 2020

Furtivos fragmentos de un pastiche desesperado de cuarentena

Anoche el espacio se curvó. Las ganas giraron placenteramente el cerrojo de nuestra voluntad y desafiaron la gravedad; yo no quería despedirme y él no quería olvidarme. La consciencia puso los minutos en suspensión: me moví como el viento, mientras él dominó la perversión de mi alteridad.

Las palabras saben 
siempre cuál es la dirección.