viernes, 24 de septiembre de 2010

“Rojas Pinilla fue un gran presidente"

Rojas Pinilla fue un gran presidente, 
no subió de manera democrática
pero el pueblo lo quería; y si no me creen,
pregúntenle a sus abuelos”.
(Rafael Álvarez, técnico de vuelo en el avión que trajo
a Rojas Pinilla a dar el golpe de Estado
del 13 de junio de 1953)

Como lo pidieron, aquí les va: ampliación del texto:
 “Rojas Pinilla. 1953-1957" http://lapavanavia.blogspot.com/2010/09/rojas-pinilla-1953-1957.html

¿Qué había antes del general Gustavo Rojas Pinilla? ¿Quién era Laureano Gómez? El presidente, y acerca de la democracia, Gómez rechazaba las libertades absolutas y el individualismo extremo. Él quería una demoGracia organizada en la doctrina católica, presidida por la justicia y bendecida por Dios. Su gobierno estaba fundamentado en “abatir” la crisis apocalíptica que azotaba el mundo: el marxismo. Pretendía imponer (dícese por la fuerza) un proyecto autoritario de poder con una Constitución que lo legitimara. Resultados: enfrentamiento entre el Estado y la sociedad, creación guerrillas liberales y paramilitares conservadores. Así nació La Violencia. Violencia que, por un cuarto de hora, el general destruyó; pero como acá a nadie le gusta nada…

Retomando: Entonces, después de que el 13 de junio de 1953, Colombia estuviera sin presidente desde las 10:00 a.m. hasta las 4:00 p.m., porque Laureano Gómez se voló quién sabe adónde, todo empezó con un “general, salve usted la Patria”. Y así fue (o, al menos, así creen muchos que fue. Mi papá es uno de ellos). Rojas, aplaudido por amplios sectores, representó la nueva independencia, el inicio del fin de la “horrible noche”, cuando “ante la tremenda crisis política del país, las Fuerzas Armadas de la República [determinaron] hacerse cargo del país”, de este trágico país.

Los objetivos eran sencillos –como siempre creen los presidentes que son: la paz, la desmovilización, la rendición. Sin embargo, los resultado fueron complejos: un amplio plan de obras públicas y grandes reformas sociales como el derecho de voto a la mujer y la protección a la niñez; creó del Instituto Nacional de Abastecimiento, para la venta de productos subvencionados por el Gobierno; obligó a la radio a transmitir 25 % de música colombiana; creó el Banco Hipotecario Popular y el Banco Cafetero; y, por supuesto, su proyecto de mayor alcance: Sendas, con el cual su hija hizo lo que quiso. Sin embargo, la reforma tributaria, que afectaba la amada plusvalía de las empresas, trajo la oposición al Gobierno. Comentario mío: ¡¡¡oligarquía resentida!!!

Pero cabe resaltar que la oposición también surgió de los sectores del campo y de los sindicales por la prohibición de la actividad de comunismo internacional, es decir, la legalización del Partido Comunista en Colombia. No era para menos…, ¡prohibirla! Y fue así, entonces, como en respuesta a las acciones del general, los conservadores y los liberales formaron el “Frente Civil”, que lucharía por el retiro de Rojas.

No obtuvo apoyo político obrero, la violencia aumentaba, las acciones de las guerrillas comunistas no habían sido contrarrestadas, las Fuerzas Armadas estaban fraccionadas, había oposición de la Iglesia y de los partidos tradicionales; en estas instancias, ¿cómo mantener el Estado de Sitio? Imponer la censura de prensa, clausurar periódicos y castigar las represiones populares fueron una opción. Quizás no la mejor –evaluación a posteriori.

Y lo tumbaron
En 1956, el país estaba de nuevo tan polarizado como tres años antes. Como una salida, el general proclamó su nuevo proyecto político, que buscaba la independencia de la estupidez (de hoy en día, incluso): La Tercera Fuerza. ¡Pero cómo se le ocurrió! Así, el Frente Civil optó definitivamente por el derrocamiento del régimen.

La declaración de Benidorm presionó con éxito a Rojas para que moderara su actitud, además para que “abdicara” y luego poder convocar a una Asamblea Nacional Constituyente.

El 6 de mayo comenzó una huelga general impulsada por el Frente Civil, a la que se le sumó la Andi, para paralizar económicamente al país y presionar la salida del general. Varios periódicos cesaron su circulación. Los estudiantes no volvieron a clases. Los bancos cerraron sus puertas. El transporte dejó de funcionar.

A quienes pusieron a Rojas en el poder les resultó más grande el caldo que los huevos. El general no les salió rentable: muchos adeptos, que canalizaron las inconformidades de las inútiles tradiciones bipartidistas. Lo tumbaron: ellos, los otros, estos, las señoras del Museo la Tertulia, o quienes fueran, ¡pero lo tumbaron!

El 10 de mayo de 1957, mi papá estaba en la escuela militar: "armados hasta la coronilla, preparados para defender al general Rojas Pinilla". María Eugenia (la hija del general) le dijo a su papá que para qué tenía las ametralladoras, pero él, sabiamente, le replicó: "Prefiero entregar el poder antes que se derrame una gota de sangre”. Comentario mío: Lovely! Finalmente no era tan “peligroso”, ¿verdad?

¿Y qué hay con la famosa explosión del 7 de Agosto de 1956?

Elemental. La coyuntura hizo que esto tomara un tinte político. Mil versiones hay al respecto, pero a nadie se le ocurre la más sencilla. Además, porque ese mismo día se cumplía un año del cierre de El Tiempo.


Mi abuelo, coronel Navia Varona, era comandante del Batallón Pichincha. A las 12:40 de la noche lo llamó el oficial de servicio a su casa, el capitán Camargo: siete camiones que venían de Buenaventura con 1.053 cajas de dinamita e iban para Industria Militar en Bogotá tenían fallas mecánicas pedían permiso para quedarse en el batallón. Firme como todo militar, mi abuelo dijo que eso era imposible, que los mandaran para la PM (literalmente, la puta mierda). Pero el oficial entendió que para el Batallón de la PM, que funcionaba en el Batallón de Ferrocarrileros, en la carrera Primera con 25. Y allá fueron a dar los camiones a la madrugada. A la 1:07 a.m., por motivos que aún se desconocen, explotaron los camiones… y ocasionaron la llamada Explosión del 7 de Agosto..., e, infortunadamente, “limpiaron” una zona de tolerancia. Hubo más de 5.000 personas afectadas y muchas -MUCHAS- manzanas a la redonda desentejadas.

Entonces, evidentemente pudieron haber sido fallas técnicas, recalentamiento de los camiones, pero incluso el héroe de esta historia en su alocución dijo que podría haber sido obra de los expresidentes Alberto Lleras y Laureano Gómez, quienes cuatro días atrás habían publicado el acuerdo político firmado en España, conocido como Pacto de Benidorm, en el que a nombre de los dos partidos declaraban el gobierno militar de Rojas Pinilla como dictatorial e inconstitucional.


El fin

El caso es que el FIN lo marcó, nueve meses después, el supuesto camino de regreso a la normalidad democrática e institucional: la Junta Militar, y después el famoso Frente Nacional, que duró hasta los años setenta.

“Menos mal Rojas Pinilla se acabó”. Supuestamente, su derrocamiento dio paso a una nueva era de reconciliación política y paz doméstica, como dice David Brushnell, historiador estadounidense -sí, estadounidense, ¡así que qué va a saber de eso!-. Evidentemente, la Violencia había terminado, pero nuevas formas de violencia llegarían. ¿Para quedarse? No sé, hoy estamos ante la mutación de las causas del conflicto, por ejemplo.

Al mes siguiente de haber sido derrocado el general, mi abuelo empezó a rodar: de Comandante del Batallón Colombia pasó al Batallón Guardia Presidencial y luego al Comando Centro de infantería. En sus Memorias cuenta que "daba la impresión de que me iban corriendo poco a poco". Así, fue nombrado agregado militar, aéreo y naval ante la Embajada colombiana en Quito y uno día de esos de vida diplomática llegó el periódico El Tiempo con un nuevo decreto del Gobierno, mediante el cual se llamaba a calificar servicios a 18 oficiales, jefes grandes del Ejército. "Se nos consideraban peligrosos, éramos rojaspinillistas", relató mi abuelo, quien a pesar de los años (1987, cuando acabó sus Memorias) seguía sintiendo "lo amargo, lo infame, lo doloroso, lo planeado, lo político" de la noticia. 

Bueno, y hay que agregar que a mi papá también lo jodieron. "Mi hijo Óscar se encontraba en la Escuela Militar de Cadetes cursando su segundo año. Vino la caída del Gobierno Militar y él fue azotado antes que yo lo fuera: se trataba del hijo de un peligroso". 

Años más tarde, en 1961 nació la Anapo (Alianza Nacional Popular), fundada por el general como oposición al Frente Nacional. Los colores de su bandera (azul, blanco y rojo) simbolizaban la unión de los conservadores y liberales, unión que su movimiento quería significar. Para las elecciones de 1970, el exmandatario se presentó como candidato presidencial. Estaba dispuesto a juzgar a "vivos y a muertos". Obtuvo un 39 % de la votación contra un 40 % que obtuvo su contendor: Misael Pastrana. El 19 de abril daba como triunfador de las elecciones a Misael Pastrana Borrero, tras, eso sí, un toque de queda, haber silenciado la radio, haberse ido la luz, ¡y en fin! Dijo mi abuelo que "el Gobierno al mando del doctor Carlos Lleras Restrepo se asustó y resolvió cambiar las cifras".

Y es así como termina esta historia: en 1970 Misael Pastrana subió en medio de las acusaciones del M-19, Movimiento 19 de Abril -“con el pueblo, con las armas, al poder”-, que nació cuando se robaron las elecciones. Movimiento del que mi papá hizo parte, con el Comandante Papito, con Navarro Wolff, pero esta es otra historia. 

P.S. (que nada que ver): Finalmente, todos los presidentes terminan teniendo problemas con los medios de comunicación, el problema no solo fue de Laureano Gómez o del mismo Rojas Pinilla… Ver también: “Otra pregunta, amigo” (mi video preferido).

 


Por: Ma. Clara Navia Saavedra

4 comentarios:

  1. cualquier persona que llegue a tener algun tipo de poder y quiera traer un cambio, simplemente lo califican de dictador, fascista, marxista, o loco,porque los que siempre han tenido la sartén por el mango, lo último que les gustaría tener es precisamente eso, un cambio...

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  2. Comencé a leer la entrada por el abrebocas....tal cual a mis abuelos si les preguntas, Rojas Pinilla sale muy bien librado, creo que del único presidente que se habla bien jajajaja...pero además de todo el contenido y el estilo, me sorprendió escuchar una versión cercana y muy creíble de lo que sucedió el 7 de agosto. ¡Buen dato, gracias por compartir!

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    1. Isa: Acabo de leerte. Pues sí, historias de mi general había miles en mi casa. ¡Lástima que mi abuelo ya no esté para contármelas!☺☺☺ Gracias por tu comentario.

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  3. Siendo familia por parte de Victor, tuve el gusto de conocerlo a el y a Alicita cuando compartimos unos dias con ellos en su visita a Miami y estuvieron donde mis padres. (tengo algunas fotos) Lamentablemente en esa epoca no se hablo nada de politica, tema que me hubiera encantado discutir con el. Mi padre fanatico de temas politicos y sobreviviente de lo que sucedio en la casa liberal, siempre tenia algo que recordar. Walter asistio a mi boda y compartimos en varias ocasiones. Por recomendacion de Victor, mi madre compro un apartamento en el mismo lugar donde ellos vivian; no se si aun vive ahi alguien de la familia, aun conservamos la propiedad y creo habia alguna comunicacion entre tus abuelos y mi familia materna. El tiempo pasa y ese presente se convierte en pasado, presente solo en nuestra memoria. Tienes toda la razon, lastima que nuestros abuelos, padres ya no esten para contarnos todas esas historias. Cuando aun esten con nosotros debemos dejarlos hablar hasta que les rinda el sueño.. de veras eso les hace feliz. Bueno a mi ya me hace feliz contar mis historias a mis hijos y nietos aun muy pequenos.

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¿Y?