jueves, 9 de junio de 2011

No has comprendido con qué intensidad nos quisimos!



¿Libre o feliz? Es lo uno o lo otro… Entré en crisis: me corté el pelo como Claudia Gurisatti, después de comerme quince libras de lychees (con sabor a panela) fui a la notaría y me puse María Claudia. También me puse a pensar  en que, como mis amigas la Torta y la Pandereta, había tenido todo lo que había deseado, todo…:

Ser la preferida y la consentida de los profesores del colegio, y que por lo menos los de la universidad recordaran mi nombre; conocer a Jose Gaviria (conocerlo a él, no al revés); coquetearle a un profesor, con su debido feedback; embolarle los zapatos a Mickey; ser admirada (quizás admirable); ser publicada (no pública, aclaro); ser la mejor amiga de todos mis exnovios (quienes nunca supieron que habían sido mis novios); que la gente creyera que soy flaca… e inteligente; y unas cuantas cosas más. Diría que muchas cosas más; a quienes me conozcan les consta. ¿Pero cómo hizo mi jefe para saber que siempre he querido trabajar con el gremio azucarero? Antes de seguir, moción de orden mental para los que nunca saben si hablo en serio: el jefe de donde estoy haciendo mi práctica profesional. No, no es la Revista Kien y Ke. Es Impresora Feriva; corrección gramatical y de estilo. 

La verdad es que más que con el gremio azucarero hubiera querido trabajar con el cafetero, pero como Sebastián Vallejo no existe –muy a pesar de Fernando Gaitán–, mi jefe me recomendó en Cenicaña (Centro de Investigación de la Caña de Azúcar). ¿Ni idea? ¿Conocen Asocaña, Procaña, Tecnicaña? ¿El Ingenio Manuelita, el Providencia, el Mayagüez…? ¿Han probado alguna vez el aguardiente, el guarapo, el azúcar, la panela...? ¿Por lo menos saben qué es la caña de azúcar? Bueno, pues de ser aceptada –así sea de cortera o de operaria de trapiche– por fin andaré en tractor, con su respectivo conejo tractorista, cantaré en un trencito cañero, jugaré escondite vietnamita en los cañaduzales, y así. 

Ojalá tenga un jefe como el mío, que me pregunte a las nueve de la mañana que si ya comí “cerealito” (tras la compra de toda la colección de cereales Fitness), que me diga “hoy vas a desayunar con sanduchito”, que me regale blusas y libros, que le mande dulces a mi mamá. Ojalá trabaje en un lugar donde me digan que me van a inflar los cachetes, que me aplaudan porque almuerzo, que me insistan en que con las gafas o sin ellas soy ‘aplicada’, que no me acosen porque saben que si entro en crisis me aruño, me corto el pelo cual diva periodista, me cambio el nombre, en fin. Ojalá. En caso de ser aceptada.

Es cierto que no estaba. Es real que no había vuelto. Me castigaron; me habían quitado los lapiceros y el computador porque las clases particulares de matemáticas –esas del colegio, a  45.000 pesos la media hora– no me sirvieron de nada: no había aprendido que uno más uno no siempre son dos. ¿Cómo dicen? Sí, incapacitada; ¡eso es! Estaba incapacitada para razonar, para escribir…, para volver, incluso al trabajo. 

¿Libre o feliz? En estos días leí que estamos dotados orgánicamente para la reproducción y no para la inmortalidad –¿no será la inmoralidad?–, por eso he vuelto, tengo una misión política: reproducir mi libertad o mi infelicidad, mi esclavitud o mi felicidad. Me lanzaré al Concejo de Cali. 

Los extrañé. Sobre todo a la Torta y la Pandereta.

P.S.: Alberto Plaza me propuso matrimonio en su concierto.

sábado, 28 de mayo de 2011

Furtivos Fragmentos de un Discurso DESESPERADO VI: "Fuiste cruel"



El problema fue que esperé que pasaran los meses para cuando volviera a verlo.

Un FF, un Fucking Friday

Hablar con gente bonita y criticar gente fea es como tragarse de un bocado cientos de M&M's sin haberlos saboreado. Rojos, azules, verdes, cafés, amarillos, anaranjados; no interesa el color, lo que importa es que se derritan. Tarea: analizar. Una cosa es que la gente se derrita en su boca y otra, que usted lo haga en la de ellos. Follow friday!
By Diego Santamaría

M&M... (Quizás no M&M's) Qué buen antojo! Qué buen placer sentir cómo se me derriten, uno a uno, en la mano... en la mano, sin llegar a dominar un deseo reprimido y prohibido: el de llevármelos, todos, a la boca!
By La Pava Navia

lunes, 16 de mayo de 2011

Bajando

Post en Kien y Ke
Bajando: http://www.kienyke.com/komunidad/2011/05/14/bajando/

Me imagino que hoy están esperando que me quite algo más -que muestre algo más. "[Muestra] y reinarás", lo comprobé. Y fue una promesa: dije que seguiría bajando. ¿Qué quieren que me quite? ¿El pantalón? ¿A qué estamos jugando? ¿Strip Poker?

Entonces, mientras pierdo, vamos a hablar de cosas más universales. Si unos se preguntan quién se ha llevado el queso (mío no era), ¡¡yo por qué no puedo preguntar dónde dejé mis calzones!! De hecho, ¿dónde dejé mis calzones?

Full house. Suele pasar que llegamos a la casa incompletos. Suele pasarme que llegue a mi casa incompleta. Una vez no hubo "y la señorita permanece tan virgen como cuando [salió]" que valiera. Es verdad. Sin embargo, otras veces dejé cosa más importantes. Dejé el corazón, un lapicero y hasta unas cuantas lágrimas. ¡¡Pero ahora pasa que boté mis calzones!! Mamá, papá, se me perdieron los calzones. Sí, ¡todos!

Color. Lo siento, no estoy ofreciendo recompensa si alguno los encuentra o si otro quiere devolvérmelos. He decidido andar sin ellos. Sin los aguamarina, que me combinaban con ciertos zapatos, como si yo anduviera así en la calle; sin los naranjas, que rimaban con su biblioteca; sin los morados, que hacían un perfecto contraste con el color de mis uñas; sin los negros, que secundaban mi humor; sin los blancos, que le hacían juego a mi inocencia; sin los rosados, perfectos para su espontánea ternura; sin los de encaje, que se perdieron en sus manos. Y sin los rojos, que se confundieron varias veces con mi boca.

Clase poker. Papá, mamá, así es. ¡Y lo peor es que nunca jugué Strip Poker! Bueno, nunca perdí. Y si ahora juego… seré la perdedora que no tendrá algo (¿o nada?) que quitarse.

Dos pares. En fin, boté mis calzones porque me incomodaban, me apretaban unos y se me caían otros, la etiqueta me picaba, los colores ya eran muy serios; por eso los boté. No hallé cómo más botar los recuerdos… botar que fue sexo a primera vista. Pero este es un tema para otro post. Pero la verdad es que quisiera tener calzones nuevamente, ¿porque sino qué me quitarán? Así que quien quiera quitármelos primero tendrá que regalarme algunos. Y de paso que me invite a un Orgasmo. Hace rato que no me tomo uno.

domingo, 8 de mayo de 2011

Furtivos Fragmentos de un Discurso DESESPERADO V: “Dear lover”

Entre otras cosas, le dije: "yo fui amante de ***". Y ella -mi mamá-, en plena calle, gritó: "Ud. fue amante de ***??!!" (Aclaración: con tono de que ya sabía o de que no me cree, nunca sé!) Y sí, amante. No tan buena amante, pero al fin y al cabo amante!