sábado, 10 de marzo de 2012

Bref, estado civil: despechada

Hace unos muchos meses la Licorera del Valle me buscó por los mismos lugares por donde Shakira buscó a alias “corazón”. Sin embargo, ellos sí me encontraron, me charlaron y me convencieron de hacer parte de una estrategia para salvar la Licorera. ¿Yo? ¿Acaso era alcohólica como para comprar las suficientes botellas que reactivaran su economía, había tenido asiento en en la repartición de los contratos (ni siquiera en el de las copas), o era secretaria de Salud o Gobernadora? ¿O es que yo hice descuentos en la facturación de las botellas, o en mi plan de desarrollo personal estaba incluido el detrimento patrimonial de 112 mil millones de pesos de la Licorera? Desilusionados, fue así como me dijeron que por lo menos escribiera algo, cualquier bobada (que comparto con ustedes ahora):

Bref, estado civil: despechada

O sea, ni conmigo ni sin mí. Y así se han ido los meses. ¡Pero ya no más! Me cansé de que no supiera si debía decirme “vente” o “vete”, o quizás “vente” y luego “vete”, o mejor “¡vete y no vuelvas nunca más jamás!”. No me lo dijo pero opté por la última, como toda dama que aún conserve algo de dignidad debería hacer. Así que decidí organizar la Fiesta del Despecho cuarta versión –una por cada vez que me había dejado. Llamé a mis tres amigas de siempre, esas cuyo estado civil también es “despechada”, y con copas de Aguardiente Blanco del Valle y con las canciones de salsa más cortavenas empezó la noche.

Como es lógico, nunca entenderemos jamás un Por qué se fue. Entre cada “¡cómo olvidarte!, ¡cómo arrancarte!” de Son de Cali un aguardiente muy al estilo de Café con aroma de mujer: “sencillo con cara de doble”. Y digo que “entre cada” porque para ser sincera solo escuchamos tres canciones en toda la noche; las mismas tres canciones toda la noche, corrijo, y cada que el Grupo Niche entonaba su sentida Cartagena (que así no se llama pero así la conocen) nos desgarrábamos cantando “no causó el efecto que imaginaste; no me hizo el daño que tú pensaste” y no se sabía cuál de las cuatro lloraba más.

Saqué la caja donde guardaba todos los detalles que había acumulado en estos últimos meses: la tapa roja de la primera botella de guaro que nos habíamos tomado juntos, unas boletas de cine, una factura de un restaurante –nuestro “primer mes”–, cientos de emails que yo había impreso, noticas por doquier, un CD, un muñequito que olía a él y hasta una media había –una media naranja. Respiré profundo, fondo Blanco y llena de valor leí en voz alta cada una de las cartas. ¡Obvio!, a la segunda ya lo estaba llamando: tres intentos, solo alcanzaba a timbrar una vez y colgaba. ¿Qué pendejada estaba haciendo? Nada peor que lo que hice después.

La última vez que le marqué me di cuenta de que me había apagado el celular, y entonces muerta de la ira llamé a Fulano, al man al que mi amor (o examor) siempre le había tenido los celos de la vida, y quedamos en que dizque íbamos a almorzar al otro día. Pero quién sabe con quién iría a salir porque yo ni me acordaría de lo que acababa de hacer. Ahora como pendeja me miraba al espejo y lloraba como un bebé. No paraba de decirme que era una tonta por andar chillando y porque se me había regado la pestañina y por limpiarme con la blusa la había manchado. Mis amigas me decían que me tomara otro guarito, que ese bobo no iba a ser el primero y tampoco el último. Lo que sí sabía yo era que el último aguardiente en nombre de un tipo por lo menos no era.

Las horas fueron pasando y cada vez más recuerdos iban llegando –¡claro! Si los estábamos buscando– y con ellos esa sensación de olvido y de ilusiones rotas, de que nunca iba a volver a salir el sol y que no habría Cien años de soledad que fueran suficientes para resistir aquel mal, no había un más allá de “oye, qué tristes son los desengaños al corazón”, como dice el Joe. Lo único que parecía cambiar era la botella de Blanco, que copa tras copa se iba vaciando. Por lo menos ese, el aguardiente, sí iba a estar ahí siempre para curar no importa qué herida que cualquier (o el mismo) ‘baboso’ nos hiciera.

De repente, como iluminación maligna (o del maligno, según como se mire) el chip de la ‘bobada se había activado. Ya era de madrugada, hora de volverse a enredar y un desentonado –y mosco en leche– “si me vas a abandonar, piénsalo bien si me vas a dejar” fue el impulso que no hacía falta. Sí. Valieron cinco los ríos de lágrimas durante horas, días, meses. En ese momento yo ya estaba dispuesta a luchar por su amor y a seguir con él… y con el aguardiente también, porque seguramente habrá Fiesta del Despecho quinta versión. Menos mal cuento con mis amigas las despechadas y con mi Blanco del Valle.

*****

Tranquilamente, la Industria de Licores del Valle hubiera podido decirnos lo mismo: “Si me vas a abandonar, piénsalo bien si me vas a dejar”. Ella estaba despechada por culpa de nosotros los vallecaucanos, quienes no tenemos ningún impedimento –ni por amor ni lealtad a la región– en abandonar a nuestro Blanco del Valle y consumir otras marcas de aguardiente, ¡en ir a buscar más allá cuando lo mejor está aquí! Y se nos olvida siempre que la Industria nunca nos ha dejado tirados: primero, anualmente la Licorera del Valle en nuestro departamento invierte aproximadamente cien mil millones de pesos en educación, salud y recreación –según las necesidades, y si no se la han repartido antes en eventos de promoción o entre otros “más necesitados”–; y, segundo, siempre mesa de una rumba y despecho que se respeten tendrán una botella incondicional de Aguardiente Blanco del Valle. Y ya verán que si alguien termina en la cárcel (espero que no sea yo por escribir bobadas) por haber dejado en las tapas a la Licorera, en su celda (o suite, depende del encarcelado) habrá al menos una botellita de Blanco.

Furtivos fragmentos de un discurso desesperado XVIII: "Lo mío fue aceptarlo todo porque te quería"

domingo, 26 de febrero de 2012

Furtivos fragmentos de un discurso desesperado XVII: "mi silencio me hizo sentir miserable".

Tu silencio, Bebe

"pero el silencio es la más elocuente forma de mentir".

¿…Modelo de la noche?

Para todo el mundo resulta más fácil creer que son mitos todo lo que alguna vez dijo Madame Rochi. Y para mí también sería un mito si alguna vez no hubiera querido ser presentadora o…

¿…Modelo de la noche?
  
“De pequeña soñaba con la gran ciudad.
[M]e imaginaba en l[o]s [noticieros] exclusiv[o]s,
viajando en autos de lujo, apoderada en dinero;
llegar a ser una exquisita “modelo”.
A los catorce [m]e lan[cé] a la aventura.
La realidad se hacía mucho más cruda.
Ese cabur que soñaba, aquellos cuentos de nada
se convirtieron en camarera de restaurant.
Este trabajo me está matando y no rinde.
Hay una forma mejor, yo sé que existe.
Y [m]e decid[o] a visitar [mi] más reciente amistad,
que [m]e termina haciendo una oferta irresistible:
‘te voy a enseñar la forma de hacer dinero -dijo-
con estos instrumentos’.
Modelo de la noche, objeto del amor,
capricho de señores que alquilan la pasión,
a ti por unas horas jugando del papel
de todas las señoras de aquellos hombres fiel.
modelo de la noche, modelo de la noche”.

No sirve de nada soñar con ser la estrella del plató de prestigiosos noticieros nacionales o internacionales o de famosos programas de la pantalla chica si en sus planes no está acostarse con el director que toque para poderlo lograr. No, no, no. No importa que usted sea talentosa, que se esmere siempre por construir y transmitir información con ética y profesionalismo, con imparcialidad, veracidad, objetividad y claridad. No es relevante que usted tenga un compromiso con la sociedad ni que sea consciente de que hace parte de un instrumento para la democracia, y tampoco que cumpla con su deber de dirigir un discurso que produzca análisis y crítica en la opinión pública. Repito: nada de eso resulta primordial si no está dispuesta a entregarle once minutos –al menos– a quien toma las decisiones en el “chuzo”.

Bueno, está bien, los directores tampoco es que tengan la culpa del todo. Sí, sí, sí. Yo sé que la culpa es nuestra por estar tan buenas y por querer cumplir nuestras metas. También es culpa de que la TV hoy sea solo para mostrarse: una exhibición narcisista, como dice Bourdieu. Pero, sea quien fuere el culpable, ese es el panorama.

¿Qué puedo decir cuando la gente pregunta que qué estudio y saca sus propias conclusiones? Conclusiones de que muchas presentadoras ceden a los caprichos de sus jefes. ¿Nadie piensa que en realidad es una mafia o un negocio y que acostarse con el director es el conducto regular si quiere escalar profesionalmente? A todo el mundo le queda más fácil condenarnos diciendo que para qué estudiar cinco años para hacer lo que se podría hacer sin ir a la universidad.

Solo quienes pasamos por él nos damos cuenta de que es un medio muy duro, además porque es muy fácil –si no se tienen principios morales sólidos– sucumbir ante el placer de la fama tras once minutos. Es muy duro porque uno llega con otro ideal, el ideal de formar a la opinión pública, y se encuentra con el viejo verde del director (porque no siempre es un príncipe azul). Quizás ese sea el camino más fácil y rápido, pero también el más efímero como el deseo.

Porque prefiero el Cuarto Poder que manipula las masas y no aquel que manipula a sus presentadoras, yo preferí no pertenecer a un gremio tan prostituido y me fui por otras ramas de la comunicación, pero sé de otras que aceptaron el reto y están luchando con su esfuerzo y su talento. Sé que serán unas sobrevivientes, aunque durante toda su carrera profesional vayan a recibir de su director propuestas de once minutos.

Para lavarme las manos es mejor que, si nunca van a hacer nada para que dejemos de ser consideradas como modelos de la noche, crean que lo que escribí aquí también es un mito. Y quizás no a todas las presentadoras les ha pasado ni les pasará. Afortunadas. Y me consta que no todos los directores son así. Afortunadas también por tenerlos a ellos. Este post es en su honor.

jueves, 26 de enero de 2012

Personaje famoso que se respete tiene algún complot en su contra

Post en Kien y Ke:
http://www.kienyke.com/komunidad/2012/01/26/personaje-famoso-que-se-respete-tiene-algun-complot-en-su-contra/

Personaje famoso que se respete tiene algún complot en su contra. Muchos sí me habían dicho que yo era todo un personaje, ¿pero famosa? ¡Famosos mis amigos! En fin, como sea fui víctima de un complot. A quienes piensen que estoy siendo asesorada por Chávez les digo que se equivocan. Esta vez Washington no tiene nada que ver. Incluso me atrevo a decir que el culpable es Ecuador: estoy convencida de que en venganza (amistosa, supongo) las alpacas ecuatorianas secuestraron mi inspiración. ¿Cómo? Verán.

Como todos saben –supongo, ¿porque no dizque soy famosa?–, hago parte de un deseo revolucionario (insisto, Chávez no tiene nada que ver. Y no sigan pensando bobadas que estoy a punto de considerar que Chávez es el del complot), y desde hace casi un año fui contratada como asesora de paros nacionales en la Organización Internacional de Alpacas, seccional Ecuador. ¿Que cómo? ¡Fácil! Todo empezó (ya sé que “en el momento indicado, ¡qué bien!”) cuando cada dos días me iba a dicho país a reflexionar seis meses. Así fue como todo el año pasado me la pasé en esas: mientras reflexionaba, organizaba el mejor paro nacional de la historia de la humanidad y de la alpacunidad. Éramos considerados como héroes: nos catalogaron como líderes de alpacas que movían al mundo. Por esa razón nos invitaron como ponentes a varias conferencias que hablaban sobre los derechos de las alpacas y, sobre todo, por qué debían ser consagrados en los textos jurídicos. También hicimos alpafiestas, en nuestro viaje de peregrinación de las montañas a la ciudad, en las cuales se integraron las alpacas, sus representantes y los funcionarios del Estado.
La lana; todo era sobre la lana y sus regalías. Íbamos tan bien: iba a ser el mejor paro para recordar, y las alpacas finalmente podrían tener ganancias sobre los gorros, los sacos, las bufandas y ruanas, los pantalones, medias y otras mil cosas más que hacen con su lana. Pero se fue acabando un año y empezando otro, y pareció como si las predicciones mayas se hubieran adelantado. Entre las más fuertes menciono las siguientes: alias “La Maldita Niña” regresó a mi país a vengarse de los colombianos, y a mí me tocó regresarme a inaugurar Los Grandes Lagos del Valle del Cauca; el Gobierno ecuatoriano abrió recuerdos de la época uribersitaria y dizque el Tribunal de Sucumbíos, por lo supuestamente superado de 2008, dictó orden de captura contra seis oficiales colombianos; esta semana, un señora periodista (que hoy debe de ser “odiado” –no más que Laura Acuña, quizás) escribió una crónica (se supone que de no ficción) sobre la traída a Colombia de la reliquia del Papa Juan Pablo II, e inmediatamente fui convocada para rajar de tal historia. Así que heme aquí en Cali: espanté a “La Maldita Niña”, le dije a don Sucumbíos que madurara y, con respecto a lo último, me pronunciaré a continuación. (Sugiero, para que estén mejor enterados y entiendan lo que escribiré enseguida, que lean la publicación: http://www.elpais.com.co/elpais/cali/noticias/donde-reposara-reliquia-del-beato-juan-pablo-ii-papa-le-regalo-cali).
Empiezo. Cójanse. ¡A ver! Uno: el periódico de la ciudad es algo serio, no es un blog como este en el que escribo y donde puedo ser –gracias a Dios– la hija bastarda de la estupidez con la ternura. Dos: hay cosas que no hay porqué decirlas ni por hacerse el chistoso, menos en un periódico. La más importante: que se perdió cosa tan significativa, trascendental y sagrada para la religión católica y más para el país del Sagrado Corazón. ¡Un suceso como tal se cuenta años después! ¿O acaso era algo que se pudiera comparar con las letras que a Shakira una vez le robaron en algún aeropuerto? Tres: ¿quién dijo que García Márquez decía como dijo la periodista que decía? “De manera providencial”. ¿O casualmente la periodista abrió un libro de él y se encontró con esa expresión? Cuatro: ¡cómo se le ocurre decir que el tipo este, el protagonista (quien traía la sangre del Beato) no sabe hablar francés pese a haber estudiado en el Liceo Francés Paul Valery (Cali)! ¿Sabe qué pena ajena es esa para nosotros los exalumnos del Liceo? Cinco: ¿quién le dijo que el papiamento es sinónimo de mezcla o sambumbe? Es una lengua, la lengua de Aruba, tan respetable como todas. Y es bastante rara, no propiamente una mezcla entre español, inglés y francés, sino con holandés. Y en fin… Hay muchas otras cosas más, como que los franceses no van a dejar de detonar algo sospechoso (menos si supuestamente vino de un supuesto árabe) porque alguna voz interior milagrosa le hable. O sea, en Francia no. Ellos sí que no son país del Sagrado Corazón. Bueno, pero lo más importante para reclamarle a la periodista es que creo que el señor Daniel García Arizabaleta no es el más honorable como para haber sido calificado, por quien escribió la novela fantástica, como “el elegido divino”, como una persona de confianza y que entendiera de responsabilidades, encargado de tal “misión celestial”. Hay que leer, señora. Hay que leer.
Y el caso es que así fue como llegaron las vacas flacas –que porque estar flaco está de moda– y fui obligada a dejar a mis alpacas gordas y regresar a Cali a dizque interceder por el mundo ante los estrados nacionales y ante Dios nuestro Señor. Por lo tanto, es apenas lógico que las alpacas se hayan preparado para emigrar al parque que queda al lado de mi casa y armar un complot en mi contra: secuestrar mi inspiración.
P.S.: Parce, anoche soñé que me subía a un taxi y el conductor era Serpa. Y que el bozo le volaba con el viento que entraba por la ventanilla.
Y los invito a entrar a www.ilapso.tv