lunes, 21 de junio de 2010

Monsieur le Président je vous fais une lettre

Vamos al Valle del Cauca con Ma. Clara Navia.

“Estaba haciendo frío. Llovía. Punto en contra. Esta vez no voy a pelear, lo juro, así tras contar y recontar la suma de un voto más un voto nos dé tres votos. Hoy, el día más importante de mi conciencia política, y yo pensando en besos usados.

La señorita de la Registraduría es muy amable, e incluso chistosa. Quisiera que me cayera bien… pero tiene la mancha de trabajar para esa organización. Suena la alarma (así como cuando había simulacro de temblor en mi colegio). Empieza la fiesta. Le he ofrecido un ayuno a Dios para que ilumine este pueblo!

Está lloviendo en todo el país, eso dice Vicky; yo le creo. No estoy de verde y tampoco tengo tacones, pero la cintita que sujeta mi “larga” cola de caballo tiene el color de la voluntad; de la voluntad, la esperanza, y el deseo de un mejor país, de un país mejor. Pero Julio Cortázar dice que no hay que soñar; le creo más a Vicky.

Nos hemos ganado esta democracia con tanto sudor y sangre que se me hace increíble que siempre nos la tiremos en un día. A veces pienso que es una responsabilidad exagerada para estos Seres Humanos. Reitero, quizá sea una responsabilidad exagerada, o quizás un gasto innecesario. Y lo dice Mockus, quienes (los países) han ganado esta capacidad por años, no la valoran. Creo que no entendemos su importancia porque como seguimos creyendo que “esto no nos toca” (del verbo tocar), para qué. Invito a un cambio\desarrollo\evolución\MUTACIÓN desde lo endógeno. Es la mejor opción. Ojalá todos entendiéramos qué es “endógeno”.

Una escuelita al nororiente de Cali. Cuatro mesas, 24 jurados, electores de uno en uno durante toda la tarde. Dos menos que en la primera vuelta. En todo el país un millón y medio menos. 60% de abstención, y aún así se legitiman unas elecciones. No hay quórum, para mí. Las sillas no son cómodas, pero podrían ser peores. El salón es curuba y del techo cuelgan unos muñequitos que no se sabe cuál está peor pintado. Se nota que los “dueños” de este salón están todavía muy pequeños. Muy pequeños también para darse cuenta que la “E” no tiene tilde; la “O” tampoco.

Cada uno en lo suyo. Unos leen, otros escriben, hablan entre ellos, escuchan el partido, duermen. Yo bailo. No viene mucha gente. La Sijín nos mira desde los huequitos de la ventana. Querrá bailar conmigo?

Mi mesa está muy concentrada, a pesar de los celulares con televisor que prenden fuego a la polla que hizo el salón. Evitamos los errores que casi no nos dejan salir hace tres semanas. He estado mareada, y no es por el ayuno, créanme. En el país no ha habido muchos disturbios, sólo amenazas y unas cuantas muertes, pero no más. Se acerca la hora. Votan las dos últimas personas. Suena la alarma. Gana Santos –en mi mesa–.

Esta vez salimos rápido, pero el MIO se demoró mucho en pasar. Llevaba más de media hora sin escuchar a Vicky. “Record de la Registraduría que tuvo los resultados en 58 minutos”, teníamos nuevo presidente ya, con una votación incluso más alta que su antecesor. Santos 2010-20…

Iba para mi sede, pero me bajé en la de él. Jamás había visto tanta gente “rara” junta y menos una papayera tan triste. No, no nos sentimos derrotados (menos quienes tuvimos la maravillosa oportunidad de ver esa papayera). Y nos sentimos orgullosos de esta movilización ciudadana nunca antes vivida (por lo menos, no en 24 años y medio). Seguimos llevando en nuestros actos, una propuesta orientada en el Respeto, la Decencia y la Dignidad. Esto apenas comienza”.

P.S.: Vladdo dice: “Vicky Dávila dice que le daban náuseas viéndome haciendo política. Si apoyar a Mockus es hacer política, me alegra causarle repulsión a ella”. Twitter

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