viernes, 18 de enero de 2013

“El 21 cuando termine la tarde va a estar muy oscuro…



 
…será un fenómeno llamado Noche”*

Cada vez que se va a acabar el mundo (yo hablé con los dinosaurios y lo corroboraron) o cada vez que pronostican el desenlace anunciado por tantos, nos ponemos a coquetear con la superstición y caemos en el existencialismo tras hacernos mil preguntas. Así me pasó: empecé a buscarle respuestas a todos los enigmas que siempre obvié:
¿Adónde van a parar todos los cauchos y las pinzas que a diario se nos pierden a las niñas?; ¿Sabrá Uribe todo lo que públicamente se ha negado a creer? ¿De verdad tendrá el “rufián de esquina” un “puñal debajo del poncho”?; ¿Es la democracia el opio del pueblo?; ¿Por qué si la idea feminista es recalcar una diferencia, la mayoría de sus militantes tienen el corte garçon?; En el caso del aborto, ¿cuándo la vida pasó a ser un asunto únicamente religioso?

¿Un aumento de $600 diarios al salario mínimo es realmente miserable? ¿No hay otro superlativo?; ¿Cuándo Fritanga dijo que seguiría siendo “nuestro” amigo forever sabría que actualmente la palabra forever va acompañad de alone?; ¿Era en serio que el arhuaco raizal creía que de los trillizos que su mujer tuvo solamente la ‘morenita’ era la hija de él?; ¿Julian Assange las violó o, como dijo él, les hizo el amor?; ¿El 2012 pasará a la historia o se acabará la Historia?

Como no pude con tanta incertidumbre, fui a una tienda de curiosidades a comprar respuestas, pero las señoritas que atendían no veían noticieros o comedias. Entonces, para no perder la ida hasta tan lejos (porque en una capital todo queda lejos, cualquiera que sea el motivo) pregunté por el amor, un sentimiento de cuento tipo Colombia (que ya debería ser un género literario), y me vendieron unos dados (uno de lugares y el otro de acciones).
Me metí a la ducha, debajo de una mesa, en la cama, me senté en la alfombra, fui a la cocina y hasta una oficina. No les puedo decir qué encontré porque saltarán los académicos a condenarme por rehusarme a justificar mis postulados o, incluso, mis acciones con grandes teóricos. ¿Acaso ellos fueron los únicos que sintieron? ¡Uno no puede improvisar, pues, y la universidad no me sirvió para nada y, al parecer, los dados tampoco!
Hoy en día es normal sentir que no sabemos nada o que lo que sabemos no nos sirve para nada y resulta muy cierto que es de ignorantes creer que haciendo gárgaras con frases del Che y de Fidel se hace una revolución, como me lo manifestó el escritor chileno Roberto Ampuero. Pero, ¡ay, sí!, como ahora todos somos revolucionarios, estamos convencidos de que las reglas son muy peligrosas; las reglas no, seguirlas, más cuando es posible que falten solo horas para que se acabe el mundo.
¿Cuántos estamos viviendo sin límites porque el mundo llega hasta el 21? Según oí por ahí, 15 % de la población mundial. ¿Nada? Quizás. Pero juro que para ciertas cosas es un porcentaje importante: ¿se imaginan 1050 millones de viejas quitándole el novio a la enemiga?
Y es que sin duda esa es una de las características de la crisis de la Modernidad, pese a que hay otras más dramáticas, como la resignificación de los valores tradicionales y, por ende, la incapacidad asumida de ser buenos ciudadanos: el hombre ha vuelto a ser un lobo para el hombre (y la mujer, una zorra para la mujer). Vivimos en depresión: tanta gente y poca plata, poco espacio, pocas riquezas, pocas oportunidades. Tenemos baja tolerancia a la frustración; entonces, no estamos dispuestos a sacrificar nuestro bienestar por el de nadie, porque mucho nos ha costado conseguirlo. No sabemos si lo que hacemos es lo que queremos hacer o lo que haríamos porque qué tal que se acabe el mundo. ¿Será por eso que empezaron el proceso de paz con las Farc?
Hablando de procesos, de Farc y otros demonios, si no se acaba esta vuelta y seguimos desempleados o aguantando hambre, el panorama luce alentador: podemos abrir oficinas de cobro de excusas y de expendio de perdón, ir a Bogotá a recoger las basuras (que hay muchas, y necesitan ayuda) o al campo a medir las tierras que se pretenden repartir.
Y ya que el campo está de moda, ¿el tamaño –de la tierra– importa? ¿Es el cooperativismo la única forma viable para el trabajo agrícola? ¿La palabra hectárea viene del nombre más parecido al vocablo y de la cantidad de ego que se puede llegar a cultivar ahí?
*Frase extraída de la cuenta @FrasesDeSarcasmos: “La NASA acaba de confirmar que el día 21 cuando termine la tarde, el cielo va a estar muy oscuro. Un fenómeno llamado Noche”.
Publicado en Kien y Ke

Yo también quiero ponerle a mi hija Hashtag



En dos semanas pueden suceder muchas cosas. De repente, tenemos menos mar, renunciamos a la Corte Internacional de Justicia, todos estamos a la expectativa por si se arma la ‘chupamelculo’; por otro lado, recibimos una notificación de un cese al fuego unilateral, que, en todo caso, sí responderá ante ataques del Ejército; en Bogotá, un congresista vuelve a decir bestialidades y en Cali decidieron poner alumbrado decembrino; reeligieron al Procurador con 80 votos, una mayoría casi absoluta; y, para terminar, yo también quiero ponerle a mi hija Hashtag.

Entonces, reiterando lo que alguna vez insinué, que este país parecía un cuento y encima de todo mal escrito (pero que gracias a Dios nací aquí y que aquí me quedaré), comparto un listado de lo que consideré mis mejores tweets en estas dos semanas. Algo como “Microlingotes” al estilo Semana.

29 de noviembre: @MaclaNavia: ¡Me emputa la gente que escribe en modo telegrama! ¿Acaso a las letras les aplicaron la reforma tributaria?

29 de noviembre: @MaclaNavia: ¿Y es que los capos de antaño están de moda o qué?

29 de noviembre: @MaclaNavia: Mi papá dice que por qué Colombia no les da de una vez trabajo a los guerrilleros: que vayan a Serrana y Roncador a defender la patria.

28 de noviembre: @MaclaNavia: RT "@AntiAburrido: Di no a las drogas. Di no al maltrato animal. Di no al acoso. Di no saurio".

27 de noviembre: @MaclaNavia: Una vez elegido el Procu (Procu reloaded), se volaron esas ratas.

27 de noviembre: @MaclaNavia: La franja amarilla: riqueza. ¿Oro? ¿Riqueza desangrar la patria con la minería ilegal, por ejemplo?

27 de noviembre: @MaclaNavia: ¡Ahora todo es culpa de Santos! ¿O sea que le puedo echar la culpa de los zancudos que hay en mi casa?

26 de noviembre: @MaclaNavia: Sí es mucho el descaro de los pacientes de las EPS, parquean en el andén y le dicen a uno que cuidado que la coge el carro. ¿Ah?

26 de noviembre: @MaclaNavia: El desarrollo se alcanza si empezamos el camino con la educación.

25 de noviembre: @MaclaNavia: ¿Será que el palo está para la cuchara de jugarse la vida por alguien?

23 de noviembre: @MaclaNavia: #MilFormasDePedirlo: Soy correctora de estilo.

23 de noviembre: @MaclaNavia: ¿Maltrato contra la mujer sería, por ejemplo, que mi mamá no me quiera dejar tener un perro?

23 de noviembre: @MaclaNavia: Quisiera firmar el Pacto Vallecaucano, pero amanecí de malgenio. Grrrrrrr

22 de noviembre: @MaclaNavia: ¡#Bogotá no es #Colombia!

22 de noviembre: @MaclaNavia: Se le comunica a la opinión pública que el fin del mundo se ha adelantado: ¡mi papá me está preguntando que quién me mordió las tetas!

22 de noviembre: @MaclaNavia: RT “Álvaro Furibe ‏@NPIfuribe: Si yo fuera presidente de Colombia, estaría tomando tinto sobre un caballo de mar en el área que nos quiere quitar La Haya”.

22 de noviembre: @MaclaNavia: Dios mío, ¿cómo has dejado llegar hasta un doctorado a una persona que no sabe hacerse entender?

21 de noviembre: @MaclaNavia: Y me dijo: "Usted tiene pinta de ser buen polvo, no se preocupe".

21 de noviembre: @MaclaNavia: "Los tatuajes deben ser como las calzonas: para que me gusten deben poderse quitar". -María Clara-

21 de noviembre: @MaclaNavia: ¿Por qué alertan sobre las ubicaciones de las nuevas cámaras? ¿Es que lo natural no es comportarse y respetar la norma?

21 de noviembre: @MaclaNavia: Uno se levanta, abre el Twitter y se da cuenta de que hay más colombianos que se chiflaron.

19 de noviembre: @MaclaNavia: ¿Habrá nacido con vocación de minoría perpetua?

19 de noviembre: @MaclaNavia: Hago parte de lo peorcito que ha parido la tierra. ¡Que me corten la cabeza! ¿Algún miembro de la Policía o del Ejército me ayuda?

18 de noviembre: @MaclaNavia: ¡No a la explotación laboral! Estudiamos para que nos valoren. Nosotros también comemos, pagamos la EPS y el cel. ¿El que no viva con sus papás qué?

18 de noviembre: @MaclaNavia: ¡Quisiera que Alf existiera! :'(

17 de noviembre: @MaclaNavia: ¡Terminar con un novio imaginario duele!

La Pava Navia
@MaclaNavia

*Publicado en Kien y Ke

¿Que EL PUEBLO compró el reinado?


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Esta semana de manera asombrosa la noticia sobre la nueva soberana de Colombia que publicó EL PUEBLO hizo parte de la agenda nacional, sobre todo porque se divulgó una hora antes de que se acabara el reinado y se conociera a la ganadora.

Pero, querida opinión pública, lamento decirles que el periódico no ha comprado al pulpo Paul (primero que todo porque ya se murió), tampoco hace parte de WikiLeaks seccional Valle, su editor no es Nostradamus y en su nómina sigue teniendo periodistas, no videntes.

Por lo tanto, seguidores, creo que será imposible responderles cosas como si va a llover mañana, cómo va a quedar algún partido de fútbol, cuáles van a ser los números del baloto o si el 21 de diciembre se acaba el mundo, y mucho menos si “me quiere, no me quiere, me quiere, no me quiere…”, qué va a pasar con Petro, qué transporte usó Santiago Cruz para estar en Bogotá y en Cartagena casi al mismo tiempo*, quién va a ganar La Voz Colombia, si Laura Moreno y Jessy Quintero mataron a Colmenares, si ya está escrito el obituario de Fidel Castro, en fin, porque aclaramos que somos un diario profundamente local en el que queremos que pase únicamente toda Cali cuando tenga que pasar.

Sin embargo, desde el lunes no ha habido explicaciones ni excusas que valgan para que la gente no piense que un pequeño y nuevo periódico de Cali compró el reinado. Muchos siguen dudando que se trató de un error humano, que se apretó un botón antes de tiempo, que… bueno, todo lo que se ha dicho y que quienes trabajan en una web o tienen un blog pueden entenderlo fácilmente.

Pero les tengo noticias: ¡no nos hubiera alcanzado ni para la chiva! Y si de comprar primicias se tratara, seguramente hubiéramos negociado la inocencia de Sigifredo, las medallas de los vallecaucanos en los Olímpicos y los resultados en los Juegos Nacionales (cuya sede en varios de sus deportes fue Cali). Claramente no habríamos pagado por la de un certamen de belleza, puesto que más allá de viejas casi en pelota un reinado no tiene mucho para inspirarse en lo más hondo de la ideología liberal, ni derechos y libertades que defender en la búsqueda de una sociedad más igualitaria. Aunque, pensándolo bien, sobre esto último tengo mis discrepancias: ¿no podemos hacer un paro para que todas las mujeres estemos tan buenas como las reinas? ¿O eso no aplica para una sociedad con menos brechas?

El caso es que haber hecho parte de una mafia, de un carrusel, de un engaño es sencillamente imposible. Varios de los nueve que trabajamos en EL PUEBLO lo hacemos ad honorem y el presupuesto semanal del periódico no llega siquiera a lo que puede ser un pedacito de la tajada de algún contrato. Aun así, quienes hacemos parte del periódico creemos en el periodismo analítico y en el rigor que hay detrás de una chiva. Juzguen ustedes: diariamente en nuestro portal podrán encontrar noticias de largo aliento en la portada. Hay quienes incluso dicen que podríamos ser considerados como el BluRadio caleño, la nueva alternativa de la información.

Ya quedó claro una vez más que este es un país pintoresco que se enciende en segundos y con igual rapidez se apaga. Seguramente cuando ustedes estén leyendo esto ni sabrán de qué estoy hablando.

Antes de, EL TIEMPO dio por muerto a Joe Arroyo, La Silla Vacía mató a Cano y EL PUEBLO coronó a Valle como Señorita Colombia. ¿Y por eso nos volvimos famosos? Quizás, como nos lo sugirió un tweet, “el próximo año el Premio Simón Bolivar por Chiva Noticiosa [sea] para @elpueblocali”.

*"@SantiCruz: Una cosa es 'En vivo' y otra 'En directo'. Alguien puede cantar 'En vivo' y no salir 'En directo', o salir 'En directo' sin cantar 'En vivo'".

La Pava Navia
@MaclaNavia

*Publicado en Kien y Ke

martes, 30 de octubre de 2012

Furtivos fragmentos de un discurso desesperado XXII: "Ven porque sé que no te vas a quedar".



¡Solo ven! Ven para ver que todo puede pasar.
Ven y me alivias la caída y luego te vas. 

Con ocho días de retraso


Desde la semana antepasada le estoy preguntando a varia gente sobre qué podría haber escrito el pasado jueves, y pese a que se tomaron el tiempo de exponerme múltiples ideas, que eran buenas, a mí no me suscitaron ni un mal pensamiento. Y así se fueron ocho días de más.

Es cierto que estaba buscando ideas, pero también lo es que siempre supe que como todo el mundo yo también quería hablar de los diálogos de paz.  Llevo semanas sin dormir pensando en cómo se van a llevar a esos presuntos delincuentes a Oslo (¿presuntos? Sobre ello, el contralor de Cali, Gilberto Zapata, me dijo que quien no esté sentenciado no se le puede quitar el status de presunto, pese a saber en este caso que todos son unos bandidos en pleno). ¿Quién les va a dar el pasaporte y la visa? Eso es lo de menos. La respuesta es obvia. ¿Pero no le dará miedo al Estado colombiano que se le escapen, o al noruego que se queden allá? Porque se trata de “los charlatanes”.

Los negociadores de las Farc son los mejores retóricos que tiene esa guerrilla, según la revista Semana. Y entre esos está Simón Trinidad, condenado a 60 años de prisión en Estados Unidos. ¿En serio le van a dar permiso?

Y al respecto tenía tantos interrogantes, que solo terminé haciéndome ese…. porque una niña, de máximo siete años, rapeando  la canción de Protagonistas de Nuestra Tele se robó toda mi atención. Como suele hacerlo ese programa así no quiera. Por lo tanto, Memel, ¡la paz en Colombia es urgente hacerla! Por favor. No podemos permitir más que nuestros niños vean ese tipo de entretenimiento porque, según los papás, no tienen un país diferente.

Mientras meditaba sobre el tema, empecé a verme la película La educación prohibida,un documental argentino, excesivamente subversivo para mi gusto, y ahora sí fue cierto que no pude volver a concentrarme en la paz, además porque yo quería pelear. Postulados como los siguientes podrían conmocionar y transformar al mundo (o más que eso: le bouleverser), si fuéramos menos dogmáticos –sin embargo, no es el caso sino de unos pocos–: “Yo no creo que sea necesaria la escuela. Es conveniente sí, pero para la sociedad”, “Todo lo que puedas aprender en el día a día pasa a un segundo plano si no hace parte de tu opción”, “El aprendizaje profundo está asociado con el interés, la dicha, el goce y el placer”, “No tiene que ver con que 2+2=4 sino con la vocación, la misión de cada quien en la vida”… y unas cuantas más por la misma línea.

Interesante, pero debatible. Según eso, ahora resulta que la educación como la única vía de acceso al desarrollo no es tan cierta, y que el amor y el arte son suficientes para ser un médico o un zapatero con el mismo éxito. ¿Es cierto que si no, terminamos siendo robots con objetivos? Creo que exageran. Exageran igual que las Farc al pedir a Trinidad en la mesa de la paz.

La película me hizo pensar, entonces, que si tuviera mucha plata me inventaba mi método de enseñanza y lo popularizaba y mandaba a hacer un documental. ¿No dizque la plata todo lo puede? Pero no tengo ya porque no trabajo, sino que hago obras de caridad (mentiras, trabajo ad honorem). En esa medida, se me ocurrió, entonces, que una solución a mis problemas de hambre podría ser ir a los casinos, ya que no me funcionó cuando intenté hacer apuestas en los certámenes deportivos, porque soy tan mala que pasa que confundo el Wimbledon con la Copa Postobón.

Pero en los casinos la cosa no fue muy diferente. Al tercer día la situación se repetía en cada uno de los lugares: las autoridades de la mayoría creían que yo solo iba a comer, porque para ser sincera nunca entendí las jugadas de la famosa tragamonedas.

Por lo tanto, como millones de colombianos, decidí que el miércoles pasado iba a comprar el Baloto y que cuando me lo ganara, inmediatamente me iba a cortar el dedo que queda al lado del dedo gordo del pie para que no sobresaliera tanto y no me quitara mucho protagonismo. También dije que iba a comprar a Luis Carlos Vélez todo un miércoles. Desde el consejo de redacción hasta un chocolate con masmelos después de 7/24, para que ambiciosamente dijera que va a analizarme como una noticia: desde todos los ángulos.

Igualmente, iba a obligar a la secretaria de José Mujica (sí, el presi de Uruguay) a que me diera una cita con él para que me explicara personalmente cómo funcionaría su maravillosa idea de estatalizar la droga. Como lo supe por la revista Dinero, “el proyecto prevé la siembra de unas 150 hectáreas de marihuana, cuya producción sería distribuida entre los consumidores uruguayos. El dinero recaudado financiaría programas de apoyo a los consumidores. Incluso, Mujica abrió la puerta para que la empresa privada se encargue de la distribución de la planta con supervisión del Ejecutivo”. Se supone que el proyecto sería el camino para reducir riesgos y daños individuales y sociales de los consumos de las distintas sustancias psicoactivas, así como un mercado ilegal imposible de controlar.

Si me ganaba el Baloto y si Mujica me atendía, le hubiera propuesto a Memel, nuestro presi, la estatalización de la droga. Según la sabia revista, se estima que en Colombia cerca de 60 % del total del negocio del narcotráfico está hoy en manos de las Farc. ¡Ese grupo ilegal recibe utilidades anuales de aproximadamente USD$1500 millones! ¿No nos los podríamos ganar nosotros?

Y finalmente, le hubiera mandado 1992 rosas de Don Eloy a Rodri (para quienes ignoran quién es Rodri: el Alcalde de mi ciudad), para amortiguar el comunicado que le transmitiré dentro de ocho días.

No obstante, me dio pereza hacer la astronómica fila para comprarlo. Y seguramente para el sábado también.

El paro de las anoréxicas


“Que la paz del Señor esté siempre con ustedes”. Quisiera hablarles de la paz hecha milagro en Colombia, pero a las ‘lafar’, al no tener ya verdaderos postulados ideológicos revolucionarios –aquellos de rebeldía con causa no terrorista–, no sé qué tan fácil o poco egoísta les resulte sacrificar las rutas de la droga, que eso ahora es lo que rentablemente importa. Así que prefiero seguir rezando para que “La victoria es la paz” sea un verdadero milagro y no un karma político en unos cuantos años.

Así que no teniendo más de qué hablar al respecto, prosigo. Ahora que la violencia contra la mujer sigue siendo un tema actual y que en Cali hacer paro está in: por qué decidí adelgazar hasta que me diagnosticaron anorexia nerviosa. La historia aparentemente no tiene nada que ver con los catálogos de ropa interior ni con las pasarelas de moda, ni con las presentadoras de farándula ni con mis amigas las más raquíticas.

Todo empezó hace unos años cuando mi jean preferido no me entraba, y cuando con esfuerzos sobrehumanos me lo lograba poner, quedaba con una cola como de operada (pero al menos bien operada). Todo empezó allí y con lo que suscitaba en la calle a raíz de eso.

Violencia contra la mujer no solo es golpearla, maltratarla, violarla, abandonarla, explotarla, también hay cientas de expresiones de violencia simbólica, y en la calle los vulgares piropos –incluida la mirada– de los desconocidos son una de esas. La que nos convoca.

El punto es que como me mamé de eso, preferí estar flaca que estar buena –aunque buena sigo estando; aquí entre nos eso como que hace parte de mi condición humana–; preferí ser muy flaca para ponerme cuanta faldita, vestidito o ‘shortcito’ quisiera sin que en la calle aquellos desconocidos me vieran provocativamente ‘vulgar’.

No obstante, incluso si el calor es a veces comparable, acá no se puede andar casi en pelota como en Orlando (Florida) o en otras ciudades más civilizadas en ese aspecto, sea gorda o flaca, bruta o inteligente. ¡Es increíble!, en Cali los hombres son tan atrevidos e irrespetuosos que no sé ni siquiera si un hábito pueda ser un paliativo a la solución.

Por eso pensé que si adelgazaba mucho, pasaría –más– desapercibida. Por ejemplo, así como un día que iba por el andén de una avenida en Nassau (Bahamas) e impulsivamente me quité el vestido cuando me enojé con los amigos que iban adelante de mí, y no hubo ningún estrellón. Pero el problema fue que pensé que si llegaba a los 44 kilos me iba a sentir bien, ¡pero qué va!, si incluso con menos me sentí tan “buena” como cuando pesaba 49. No es algo que se entienda fácilmente, un adicto a algo puede hacer la analogía, nunca “uno más” será suficiente.

No era tan sencillo comprar otro pantalón, si es lo que están pensando, no solo porque juro que no lo vendían igual, sino porque esas no son las soluciones para ese tipo de problemáticas y ustedes lo saben; mostrarse es un derecho. Así que todo empezó allí, aunque creo que Mary Bones o María Huesitos ya me decían antes de eso, pero no porque fuera flaca, sino porque me encantaba dibujar pelvis y clavículas.

Yo también sé qué es sentir deseo; así como estar buena, también hace parte de mi condición humana. Pero igualmente sé en qué momento demostrarlo y en qué momento respetar. Cosa que ignoran los hombres de la calle (no entro en categorías de pervertidos, pero el que se imaginen ahí está: el obrero, el ejecutivo, el diplomático, el papá, el esposo, el profesor, el jefe) que hacen con la mirada una y otra y otra y otra vez lo que quieren con uno.

Para unos puede que esté bien equis el motivo, lo sé, pero las mujeres lo entendemos. Al menos las que nos importa no ser vistas como un objeto sexual, menos siempre y en cualquier lugar.